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18 enero 2012 3 18 /01 /enero /2012 17:42

Hace ahora más o menos un siglo se produjo una revolución con el descubrimiento e identificación de las vitaminas. Este hecho cambió por completo los conceptos de alimentación y generó un nuevo giro en la medicina hasta entonces desconocido: la medicina preventiva.

En el principio de este nuevo siglo y milenio vamos a asistir a una segunda revolución en la alimentación y en la medicina preventiva, gracias al descubrimiento e identificación de los fitonutrientes. 

En el pasado los avances en la investigación del campo de la alimentación han sido muy lentos, sobre todo porque en su momento los hombres de ciencia de épocas anteriores no asociaban la alimentación del ser humano con las enfermedades que éste padecía.

 

Por ejemplo, desde que los navegantes ingleses descubrieron que añadiendo limas y otros cítricos a su dieta podían evitar el escorbuto, hasta que se descubrió que el responsable de eso era el ácido ascórbico, más conocido como vitamina C, pasaron más de dos siglos.

 

Las vitaminas se descubrieron inicialmente eliminando un tipo de alimento de la dieta y observando si aparecía alguna anomalía o trastorno, para luego identificar las sustancias contenidas en ese alimento y asociar patologías con deficiencias nutricionales.

 

Como hay sabemos bien la ausencia prolongada de algunas vitaminas en la alimentación produce estados carenciales, trastornos metabólicos, la aparición de enfermedades y en casos muy graves hasta la propia muerte.

En su momento la identificación de las vitaminas en los alimentos constituyó una no pequeña revolución, que modificó los hábitos de alimentación y dio lugar a la aparición de un nuevo concepto médico: la medicina preventiva.

Ahora por primera vez era posible prevenir un buen número de patologías simplemente por medio de una dieta variada y equilibrada. Y todo gracias a saber qué sustancias aportaban los distintos alimentos.

El impacto que tuvo en su momento el conocimiento de las vitaminas, puede duplicarse próximamente con el descubrimiento e identificación de numerosas sustancias en los vegetales, y principalmente en los comestibles, que poseen actividades biológicas muy relevantes.

Estas nuevas moléculas se denominan fitonutrientes, fito por su origen vegetal y nutrientes porque se encuentran en vegetales comestibles como frutas, verduras, hortalizas y legumbres y éstos al igual que las vitaminas, aunque no aportan calorías o energía intrínseca, resultan muy beneficiosas para la salud.

Por tanto, no son sustancias que proporcionen calorías y refuercen o aumenten la alimentación como aporte de combustible o de material plástico, sino que al parecer, y según los numerosos estudios que se van efectuando, son muy eficaces para mejorar el metabolismo y para combatir numerosas dolencias y sobre todo para protegernos contra ellas.

 

Hoy por hoy no se conocen efectos directos de los fitonutrientes sobre el rendimiento físico de los deportistas, lo que no significa que no puedan existir,  sin embargo, es posible que en un futuro, cuando los hombres de ciencia los conozcan mejor, no sería de extrañar que se les puedan atribuir efectos beneficiosos sobre las capacidades físicas y el rendimiento deportivo.

A pesar de eso, no es descabellado deducir que todo lo que contribuya al bienestar de la salud puede incidir positivamente sobre las capacidades deportivas.

 

ALGUNOS FITONUTRIENTES Y SUS PROPIEDADES CONOCIDAS.

 

La ciencia no hace hoy más que confirmar lo que hace siglos que forma parte de la sabiduría popular, transmitida de generación en generación, especialmente en las culturas más antiguas y rurales; es decir que muchos alimentos tienen propiedades que van más allá de la simple alimentación, la prueba es que hace más de dos milenios que Hipócrates, el considerado padre de la medicina moderna, dijo: “Dejad que los alimentos sean vuestra medicina y la medicina vuestro alimento”.

 

Hasta ahora más o menos todos habíamos aceptado que existen numerosas plantas con propiedades curativas y preventivas, cuyos efectos se obtienen por infusiones, cocción y distintos medios de aplicación, pero no le habíamos otorgado la misma importancia a los alimentos que ingerimos. Sin embargo, éstos proporcionan numerosos ingredientes con acciones muy positivas sobre la salud.

 

Esta es un área nueva de la investigación, que por tanto todavía está en sus primeras etapas y sin duda nos proporcionará numerosas novedades interesantes en el futuro, aunque actualmente ya existe una gran cantidad de información relevante.

 

Veamos pues, algunos de los recientes fitonutrientes y las propiedades que se les atribuyen.

-Ácido elágico, se encuentra en las uvas, las fresas y cerezas y según los estudios, ha demostrado ofrecer cierta protección para evitar que las células se vuelvan cancerígenas.

 

-Ácidos fenólicos, también conocidos como fenoles, poseen gran actividad antioxidante y están presentes en muchos alimentos entre los que se encuentran los cítricos, el té verde, la soja, el ajo, entre otros. Evitan la formación de células cancerígenas como las nitrosaminas en el cuerpo.

 

-Betacarotenos, bajo esta denominación se engloban varios cientos de sustancias de la familia de los carotenoides, como la criptoxantina, el alfa caroteno, la zeaxantina, la luteína, el licopeno, entre los cuales el betacaroteno es el precursor de la vitamina A en el cuerpo, así como ayuda en el mantenimiento de la óptima salud de los ojos, sistema respiratorio y tracto urinario, pero además todos los carotenoides parecen mostrar un elevado grado de acción antioxidante.

 

-Sólo las plantas verdes y algunos microorganismos, como bacterias, hongos y unas pequeñas algas, pueden fabricar su propio caroteno, los humanos y los animales han de obtenerlos por vía de las plantas para almacenarlos en el cuerpo.

 

-Los bioflavonoides, conocidos desde hace tiempo y asociados a la actividad de ciertas vitaminas como la C, se les ha llamado incluso vitamina P. Entre los miembros más conocidos se encuentran la rutina, la quercetina, la hesperidina y la catequina. Cada uno de ellos presenta propiedades interesantes en términos de protección contra virus, radicales libres y otros desórdenes de la salud.

 

-La capsaicina es una sustancia que se encuentra en la guindilla picante y parece poseer actividad beneficiosa para reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre.

 

-Las cumarinas se obtienen de las frutas y las hortalizas y también parecen ejercer acciones positivas que pueden proteger contra los problemas cardiovasculares.

 

-Los esteroles, están presentes en una gran variedad de alimentos, entre ellos destacan las concentraciones que hay en el pepino y también sirven a su vez para reducir el colesterol.

 

-Los fitatos están presentes en la soja y los cereales, y entre otras cosas sirven para neutralizar el efecto de -los estrógenos que pueden causar tumores.

 

-Las crucíferas provienen de la familia de las verduras crucíferas como la col, la coliflor, el brécol y las coles de Bruselas y son verduras muy beneficiosas por su alto contenido en vitamina C, fibra soluble, así como múltiples nutrientes con propiedades anticancerígenas, tales como el diindolilmetano, el sulforafano y el selenio.

 

Según han puesto de manifiesto algunos estudios recientes en la universidad de Berkeley, California, el 3,3’ diindolilmetano tiene la capacidad de prevenir ciertos tipos de cáncer, entre los que se encuentran el de mama, de colon y de ovarios, al ser un potente modulador de la respuesta inmunológica con potente actividad antiviral y antibacterial.

 

Las isoflavonas constituyen un grupo muy extenso de compuestos que se han descubierto en las legumbres y que también parecen inhibir los efectos malignos de los estrógenos en el cáncer de mama y otros tumores.

Además de su efecto estrogénico, las isoflavonas mejoran la perfusión arterial sistémica, una medida directa de la flexibilidad de las grandes arterias centrales y un indicador independiente del riesgo de enfermedad coronaria.

 

La genisteína es una isoflavona abundante en la soja y en sus derivados. Se ha visto que esta isoflavona mejora los parámetros de neoformación ósea y reduce los indicadores de resorción. Recientemente se descubrió que la genisteína mejora significativamente la función endotelial. Una de las principales causas de aterosclerosis es la disminución de la misma.

 

También se ha demostrado que las isoflavonas, debido a su estructura análoga a la actividad estrogénica, presentan propiedades hipocolesterolémicas puesto que disminuyen el LDL, o colesterol malo.

 

A los efectos terapéuticos de las isoflavonas sobre la función cardiovascular se debería agregar la función antioxidante que cumplen, previniendo la oxidación de los LDL por lo que se limita la formación de ateromas.

Se han presentado evidencias de que juegan un rol beneficioso en la obesidad y en la diabetes. Estudios realizados en animales y en humanos sugieren que la ingesta de proteínas de soja asociada con isoflavonas, mejora el control de la glucosa, reduciendo la insulina en suero y la resistencia a la insulina.

 

-El licopeno, forma parte de la familia de los carotenoides y está presente en los tomates, los cítricos, los albaricoques y los pimientos rojos. Su poder antioxidante es muy superior al del betacaroteno. El cuerpo lo guarda en los pulmones, el hígado, los testículos, la próstata y el colon, donde ayuda a la protección directa de esos órganos. Además, evita la oxidación de la lipoproteína de baja densidad (LDL) reduciendo así el riesgo de ateroesclerosis y enfermedad coronaria.

 

-El lignano proviene de la planta del lino, de cuyas semillas se consigue el mejor aceite que se conoce para la salud y la alimentación humana. Este compuesto se ha revelado como un importante agente antirradical libre y además en estudios ha demostrado que reduce la actividad de las células cancerígenas en tumores de mama, de próstata y de colon. Se cree que el lignano bloquea la formación de tumores hormonales.

-El limoneno es otro inhibidor de la actividad tumoral que se extrae de los aceites esenciales de los cítricos.

-Los monoterpenos son sustancias que se hallan en las frutas y hortalizas y que ejercen una fuerte actividad antioxidante frente a enfermedades cardíacas y el cáncer.

-Los poliacetilenos son componentes de las zanahorias, el apio y la chirivía, que controlan ciertas prostaglandinas que contribuyen al desarrollo de tumores, por consiguiente con el consumo de estos alimentos se puede frenar el desarrollo tumoral.

 

-El resveratrol se ha convertido en muy popular últimamente, porque se le atribuyen buena parte de los efectos beneficiosos que se le han descubierto al vino tinto, en concreto sobre las enfermedades coronarias.

 

-El sulforafano es otro compuesto presente en el brécol, las coles de Bruselas, la coliflor o las cebolletas. Varios estudios recientes apuntan al sulforafano como un nuevo agente natural contra varias modalidades de cáncer.

 

LA SEGUNDA REVOLUCION EN LA ALIMENTACIÓN

 

Estos fitonutrientes no son los únicos que se conocen y según avanzan las investigaciones sobre los alimentos, no sólo se descubren nuevos compuestos, sino sobre todo muchas más acciones positivas de éstos sobre la salud.

 

No cabe duda de que la identificación de las vitaminas y sus propiedades sobre la salud, significó una revolución en el terreno de la alimentación y desde entonces el hombre ha superado su expectativa de vida, así como la calidad de ésta.

 

El futuro de la medicina y de las ayudas para mejorar el rendimiento deportivo está en las nuevas sustancias que se extraerán y aislarán de los alimentos.

En este sentido, los vegetales constituyen la gran despensa de cientos, o tal vez miles, de sustancias que poseen acciones beneficiosas sobre el organismo. Se trata de los fitonutrientes.

Éstos van a ser los protagonistas de la segunda revolución de la alimentación y de la medicina preventiva.

 

 

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