El yoga es una filosofía de vida que ayuda al desarrollo físico, mental y espiritual del individuo. Las posturas, también conocidas como asanas tienen propiedades curativas, preventivas y recuperativas. Cada una de ellas trabaja sobre determinados órganos y glándulas, y a través de su práctica podemos ayudar a mejorar el funcionamiento del sistema endócrino, que es el que tiene el control general de nuestro organismo.
Combate la obesidad.
El estrés y la ansiedad, generalmente acompañan al estado de obesidad, generando un desajuste de horarios de tomas de alimentos, que muchas veces están compuestos por alimentos poco adecuados.
El yoga favorece la relajación y ayuda a la motivación para llevar a cabo una dieta, dando como resultado un índice menor de abandono al plan de alimentación, ya que hace tomar conciencia de una serie de pautas alimentarias que ayudarán a mejorar tu calidad de vida.
Postura del pez (Matsyasana)
Para realizarla: siéntate en posición de loto y tomar los dedos pulgares de los pies con manos. Inclina la espalda hacia atrás, apoyando el cuerpo en los brazos y en los codos, hasta que la cabeza toque el suelo. Echar la cabeza hacia atrás y saca el pecho para que forme un arco. Si te es posible estira las piernas y brazos.
Beneficios: Regula el funcionamiento de la glándula pituitaria, la tiroides y las suprarrenales.
Postura de cabeza (Shirshana)
Para realizarla:
- Colócate de rodillas, entrelaza los dedos de las manos y apoya los antebrazos en la colchoneta, sin separar demasiado los codos.
- Coloca la parte superior de la cabeza en el hueco de las palmas.
- Levanta las rodillas sosteniéndose sobre las platas de los pies, y camina hacia la cabeza
- Con impulso, elévate del suelo mientras los muslos se acercan al pecho, levanta tus piernas poco a poco.
- Al estirar las piernas, contrae los glúteos.
- Para volver, dobla las piernas levemente y acerca los talones a los glúteos. Lleva hacia delante ambas piernas flexionadas y estíralas hasta tocar el suelo con los pies.
Beneficios: Esta postura nos ayuda a despejar la ansiedad, y tiene acción sobre la glándula tiroides, promoviendo un peso saludable.
Postura de la cobra (Bhujanghasana)
Para realizarla:
- Acuéstate boca abajo, los pies y las rodillas juntas, los empeines estirados, los codos flexionados y las manos apoyadas en el suelo, a la altura de tus hombros.
- Exhala e inhala por la nariz, elevando la cabeza, los hombres, el pecho y el tronco. Mantén tu ombligo contra el suelo, y echa tu cabeza hacia atrás.
Beneficios: Ayuda al equilibro sobre el peso corporal, ya que actúa sobre las glándulas suprarrenales y tiroides.
Postura del arado (Halasana)
Para realizarla:
- Colócate boca arriba con los pies y las rodillas juntas, los brazos a los costados del cuerpo, las palmas hacia abajo y el mentón proyectado hacia el esternón.
- Inhala, elevando las piernas y caderas.
- Exhala, dejando caer las piernas por detrás de la cabeza suavemente, tratando que los dedos del pie toquen el suelo.
- Mantén la postura durante 5 segundos y, con la práctica aumenta gradualmente el tiempo.
- Para volver a la posición inicial, inhala, bajando la columna, vértebra por vértebra. Las piernas deben volver muy cerca del cuerpo sin presionarte. Apoya la espalda y los glúteos estirando las piernas hacia arriba, y exhala, bajando lentamente las piernas.
Beneficios: Actúa sobre las tiroides, masajea la zona del abdomen, reduciendo las adiposidades, ayuda a mejorar la digestión y combate el estreñimiento.
Recomendaciones:
Si prácticas yoga, seguramente conocerás éstas asanas (posturas), sin embargo, si nunca las has practicado, asegúrate de contar con la asesoría de un experto, que te pueda orientar, y realizarlas a tu ritmo, respeta a tu cuerpo, y así evitarás posibles lesiones.